Las abundantes lluvias han creado la suficiente reserva hídrica para que las cepas aguanten hasta la cosecha.
El viñedo en la Ribera del Duero progresa adecuadamente y lleva camino de concluir esta campaña con una nota alta. Atrás han quedado los malos datos de la cosecha de 2017, en la que la producción sufrió una merma cercana al 60%.
Este año la viña tiene reservas suficientes para tirar, aunque no lloviera más puede completar perfectamente la maduración en óptimas condiciones.
Otro de los condicionantes para que el desarrollo de los racimos se produzca en las mejores condiciones son las temperaturas que, siguiendo la tónica habitual en esta comarca, están siendo las idóneas para una lenta maduración, con calor durante el día y noches en las que los termómetros descienden de manera destacada. «La ventaja que tenemos es que son las noches frías, por el día tenemos temperaturas altas y por la noche se desploman, eso hace que la maduración sea más lenta, que es una gran ventaja
Por el momento, aunque las previsiones no apuntan riesgo en los próximos días, los viticultores están pendientes de las tormentas que puedan producirse antes de la vendimia, ya que ahora mismo son el mayor riesgo para la futura vendimia.
Si todo transcurre por los cauces más favorables, y se mantiene la curva térmica de las últimas jornadas, los expertos estiman que la vendimia podría iniciarse ya empezado el mes de octubre, siendo una de las más tardías de los últimos años, dando tiempo a la correcta maduración de la uva.
En Bodegas Roquesán muy buena cosecha.
Roquesán un excelente vino D O Ribera del Duero
En Bodegas Roquesán muy buena cosecha.
Roquesán un excelente vino D O Ribera del Duero
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